Dice el
Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española que “la casa de tócame Roque”, coloquialmente, es “aquella en que vive mucha gente y hay mala dirección y el consiguiente
desorden”.
Aquí en
Navarra tenemos otra casa, “la casa
grande”, forma también coloquial con la que conocemos al Palacio de la Diputación,
sede del Gobierno de Navarra y de la Administración Foral. Y
por extensión, a todo lo que les concierne y rodea.
Ambas
casas tienen bastantes similitudes, si tomamos al pie de la letra la oficial
definición académica. Veamos algún ejemplo de ello.
Está
claro que la Administración ha tenido tiempos mejores, porque en apenas un
lustro se ha reducido la plantilla en aproximadamente un 10%, unas 2.000
plazas. Pero aún así, grande, lo que se dice grande, sí lo es, y que vive mucha
gente, pues también. No en vano es la “empresa”
más grande de Navarra.
El hecho
de serlo es un hándicap, ya que sus cifras le otorgan también el honor de ser
la “empresa” que más desempleo ha
ocasionado en Navarra, el mayor ERE, etc., etc., y eso sin contar la limpia que
han hecho también en toda la “administración
paralela”, tanto en empresas públicas como en fundaciones.
Ahora
bien, lo que queremos aquí denunciar no es tanto lo de la dimensión, que
también, sino lo de la segunda parte de la definición académica: el desorden
provocado por la mala dirección.
En
primer lugar, resulta harto difícil que no reine el caos en una organización cuyas
bases de su derecho propio, datan ya de hace más de 30 años, y de un texto refundido
de hace más de 20 años. Mientras, vemos cómo otras Administraciones se han
dotado de regulaciones modernas, adaptadas a las exigencias de la Comunidad Europea
y a la realidad tecnológica y educativa actual.
Pero no
sólo eso sino que además, ese Estatuto no es de aplicación a determinados colectivos,
como a los miembros de la
Policía Foral , al personal adscrito al Servicio Navarro de
Salud, al personal de la Administración de Justicia… que se rigen por sus
propias normativas.
Resulta
también que, entre el personal, unos son funcionarios de carrera, mientras que
otros son contratados laborales, cada uno con su propia enjundia.
Unos tienen
su propio Montepío y asistencia sanitaria del Gobierno de Navarra, mientras que
otros son de Seguridad Social, otros de la Mutualidad General
de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), otros de la Mutualidad General Judicial
(MUGEJU)… y seguro que nos dejamos alguna más.
Y aún
podríamos hablar de diferente personal, a jornada completa, a media jornada, a
jornada parcial, contratados administrativos, contratos de obra… y un largo
etcétera de tipos y modalidades.
Unos
tienen derecho a una carrera administrativa remunerada, como los médicos y las
enfermeras, mientras otros, al parecer, no se lo merecen. Unos son “pata negra” y tienen un “uso especial” sanitario que les permite
ver reintegrados sus gastos de óptica y odontología, otros no. Supongo que ya
no quedará nadie de “los del burro”, que
también tenían su particular derecho adquirido.
El
personal administrativo de Salud, por ejemplo, está adscrito al Servicio
Navarro de Salud, pero no está considerado como personal sanitario. Así que se
le incluye en los Planes de Salud, en el Triaje de los Centros de Salud pero,
por ejemplo, no cobra el complemento de capitación por cada tarjeta sanitaria,
ni el complemento de riesgo, ni nada parecido. Eso sí, en varios Centros de
Salud el personal administrativo tiene que encargarse de la recogida de
muestras para el diagnóstico del cáncer de colon, a pesar de que ésta es una
labor expresamente asignada al personal de enfermería.
Otro
ejemplo. El personal administrativo de Salud no puede acceder a la promoción de
Núcleo. Como está adscrito a Salud sólo puede acceder a la promoción de Salud,
lo que prácticamente les cierra cualquier posibilidad. La oposición es la misma
para los de Núcleo que para los de Salud, pero la elección de la plaza les
condena a no poder promocionarse.
Sin
embargo, el personal administrativo de Educación está considerado personal no docente,
de su gestión se encarga Educación, pero para otros efectos pertenecen a Administración
Núcleo. Hay personal no docente que tiene problemas para acceder a la formación
del INAP porque son de Educación, pero tampoco pueden acceder a la formación de
Educación porque es para docentes.
El
personal administrativo de Justicia puede acceder a los traslados del resto de
personal, mientras que el resto de administrativos no pueden ir a Justicia.
Y qué
decir de otros aspectos como las salidas personales, los permisos, las vacaciones,
la formación… que dependen de dónde tengas la plaza y de cómo sea el jefe de
turno.
Hay a
quienes se les permite ir a hacer la declaración de la renta sin gastarse horas
a su cargo, mientras que otros tienen que tirar de la bolsa o de asuntos
propios, hay quien puede acompañar al médico a familiares sin ningún problema, hay
a quien se le deniega la solicitud de un permiso sin sueldo, a quien no se le
deja ir a cursos de formación, quien tiene problemas para elegir las vacaciones…
Unos
tienen ficha manual, otros funcionan con el fichaje virtual, otros no fichan, unos
tienen tornos de acceso, otros no, unos tienen jornada flexible, a otros se les
deniega…
Los
permisos retribuidos se cuentan de diferente manera en unos sitios que en
otros, las fechas de inicio de los permisos es distinta depende de a quién se
le pregunte…
A saber
qué pasará este año en San Fermín o en las fiestas patronales… unos trabajarán,
con otros se hará la vista gorda…
Y por no
meternos ya con el propio trabajo. En unos sitios se funciona de una forma y en
otros de otra completamente distinta. Las labores de unos y otros no están
definidas en ningún lado. Hay personal de un nivel haciendo funciones de un
nivel superior o incluso de un nivel inferior, titulados ejerciendo de administrativos
de lujo…
El
colectivo administrativo lleva años haciendo el mismo trabajo con distinto
encuadramiento y remuneración, sin conseguir su equiparación, mientras ve cómo
se contrata a auxiliares de nivel D para sustituir y ocupar plazas de
administrativos de nivel C.
En fin. Un
cúmulo de despropósitos. La “casa de
tócame Roque” es una minucia comparada con lo que acontece en la “casa grande”.
Si Don
Ramón de la Cruz levantara la cabeza, cambiaría su sainete y se inspiraría en
la “casa grande”, la de la Administración Foral
de Navarra.
Pamplona, 23 de Junio de 2014.
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