El Grupo Parlamentario Aralar-Nabai, ha echado por tierra la proposición de Ley Foral para ampliar el plazo de la funcionarización de los trabajadores contratados laborales de las Administraciones Públicas de Navarra. En teoría, el Parlamento, con el concurso de toda la oposición excepto el PP, iba a aprobar una Ley Foral para modificar la Ley Foral 19/2013, que corregía la fecha tope para que el proceso de funcionarización tuviera que estar culminado, ampliándose hasta el 31 de diciembre de 2013.
Esta Ley nació a instancias de la práctica totalidad de los sindicatos de la Función Pública, como una medida para frenar la posibilidad de despidos masivos de contratados laborales fijos en las Administraciones Públicas, abierta por la Reforma Laboral del PP. A excepción de UPN y PP, el resto del Parlamento nos dio su apoyo, y así fue aprobada la Ley Foral. Un error técnico en la fecha comentada, provocó que tuviera que proponerse una nueva Ley Foral de rectificación, que es la que se trató en el Pleno Parlamentario del pasado jueves.
Esta Ley obliga al Gobierno de Navarra, pero no así a las entidades locales, que deberían ser quienes tomaran la iniciativa de acogerse o no al proceso de funcionarización. Como es lógico, era de suponer que los partidos que apoyaran la Ley en el Parlamento, deberían presionar a sus cargos municipales para acogerse a la Ley, y más en aquellos donde gobernasen. Y aquí es donde podría producirse el conflicto interno de los diferentes partidos, entre sus cargos municipales y sus propios parlamentarios.
Y Aralar-NaBai es quien ha abierto la caja de los truenos: ahora pretende que sólo puedan funcionarizarse aquellos puestos debidamente consolidados, es decir, que no se funcionaricen los que puedan ser susceptibles de despido, o dicho más claro, que funcionarizar a los contratados es peligroso y más vale que sigan siendo contratados laborales fijos y así poder despedirlos si vienen mal dadas. Estos son los adalides de la protección del empleo de nuestra Comunidad, los que allá donde gobiernan hacen de su capa un sayo, y consejos doy pero para mí no tengo.
Además, se lo pusieron “a huevo” a UPN y PP, cuyos portavoces a duras penas pudieron aguantar la risa en sus intervenciones y, como no podía ser de otra forma, le dieron candela de la buena a la supuesta oposición progresista. Una chapuza monumental que, como siempre, antepone intereses de partido a los de los trabajadores. Con balones de oxígeno como este es con los que el Gobierno se crece, y con los que se demuestra que es imposible que partidos tan dispares puedan confluir para crear una ilusoria alternativa. Una vez más, boina, traca y pandereta.
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