A vueltas con las extras

Una noticia publicada estos días dice que el Gobierno central ha decidido no recurrir el adelanto de la paga extra en Navarra. No nos engañemos: ningún Tribunal con un mínimo de rigor e independencia podía admitir a trámite semejante despropósito. El único riesgo era saber si existe en este país algún Tribunal con esas características. El recurso era un farol de un partido incapaz de aceptar que a alguien se le ocurriera sacar los pies del tiesto, y preocupado de que el ejemplo fuera imitado en otras Administraciones. En cualquier caso, lo que no podemos ni debemos olvidar es que, a día de hoy, se nos ha usurpado una de nuestras pagas, y que no vamos a darla por perdida.

A renglón seguido nos llegan buenas nuevas de Portugal: su Tribunal Constitucional ha declarado ilegales varias medidas referidas a la suspensión de la paga extra a funcionarios y pensionistas, y al recorte de los subsidios de desempleo y de enfermedad. Eso, y la dimisión de uno de sus ministros por irregularidades en la obtención de un título académico, me llena de envidia hacia nuestros vecinos: tienen Tribunales que osan contradecir y sacar los colores a sus dirigentes, y aún les quedan políticos con honor que son capaces de dimitir, y no por haberse fundido o llevado millones a destajo, sino incluso por asuntos cuasi banales.

Sin embargo en algo se nota nuestra afinidad, porque con las primeras declaraciones del presidente luso, en un inspirado alarde de imaginación, ha dado buena muestra de su talante y de su talento, limitándose a culpar al Tribunal Constitucional de poner en riesgo el país y a anunciar, para paliar los devastadores efectos de la sentencia, nuevos drásticos recortes en salud, seguridad social y educación.

La sentencia, y todo su contexto, son muy importantes, porque evidencian el fracaso de las medidas impuestas por la troika para una salida de la crisis basada únicamente en exprimir a las clases media y baja con brutales reformas y recortes; porque confirman el despotismo con el que se han adoptado esas medidas a espaldas de las legislaciones vigentes en los diferentes países afectados; y porque certifican el empecinamiento de nuestros dirigentes en aplicar esos modelos ineficaces que están arrasando la microeconomía de los ciudadanos europeos.