La semana pasada comenzó la Ponencia Parlamentaria sobre el tema de la supresión de la paga extra navideña a los empleados públicos. Parece muy difícil que la partida se juegue con una única baraja, porque hay demasiadas cartas marcadas encima de la mesa: los intereses políticos están por encima de la búsqueda de cualquier solución consensuada. Alrededor de la Ponencia, las noticias que nos llegan desde otros Ayuntamientos y Diputaciones, dan una muestra clara de esos intereses, y del uso maniqueo que están haciendo de un problema que preocupa a muchos ciudadanos: directamente a los empleados públicos, que vamos a perder un 7% de nuestro sueldo, e indirectamente a los comerciantes, que ven peligrar los ingresos navideños provenientes de nuestro colectivo, al que se suma la caída brutal del consumo en general.
Lo que está claro es que si las normas actuales, léase Estatuto de Función Pública y Ley de Presupuestos de 2012, en las que se supone que se garantiza el sueldo de los empleados públicos, no nos sirven para nada, ninguna Ley que se inventen ahora nuestros políticos va a asegurarnos nada nuevo ni con más firmeza. La Abogacía del Estado está con el mazo preparado para recurrir y suspender la ejecutividad de cualquier aventura en forma de complemento, paga, bolsa, etc.
Tampoco la ausencia de Ley parece que pueda llegar a buen término. Aunque no traslademos la supresión de la extra a la normativa navarra, lo que en principio implicaría su pago, dudamos que la Intervención u otras instancias avalen el hecho de que se abone, simplemente por seguridad jurídica.
La verdad es que UPN hizo una jugada maestra con la que ya se conoce como "solución navarra": aceptar la supresión de la extra de 2012 y adelantar las de los ejercicios 2013 a 2015 de junio a enero y de diciembre a julio. Una jugada maestra porque lanzaba una idea "ingeniosa". Sin que sea la panacea porque no evita la pérdida de poder adquisitivo, aunque sí alivia la liquidez navideña de sus empleados públicos, y aporta un hálito de esperanza para los comerciantes. Y de paso, devuelve la pelota al resto de partidos, que son quienes tienen ahora la patata caliente.
Las últimas noticias no dejan en muy buen lugar a la oposición, que allí donde gobierna defiende y adopta la "solución navarra" como menos mala, mientras que en donde calienta banquillo se opone frontalmente a la medida. Lo dicho, intereses políticos por encima de todo, aplacar iras donde mandan y revolver donde opositan.
Y el PP a lo suyo, le dice al Gobierno de Navarra que debe asegurar cuándo y cómo se va a recuperar la extra suprimida, cuando sabe perfectamente que es el Gobierno Central el que se ha arrogado esa competencia. Además, a la vista de que la "solución navarra" se extiende por todo lo largo y ancho del país, el PP anuncia que en los Presupuestos Generales del Cortijo para el 2013, se va a incluir una cláusula de obligado cumplimiento, para que las extras se paguen en junio y diciembre, dando carpetazo a cualquier intento de sacar los pies del tiesto.
Y si nadie paga la extra contra el 2012, consiguiendo así la finalidad de la medida (sanear las cuentas públicas y echar una manita al objetivo de déficit), ¿qué le importa al Gobierno que se adelanten las pagas de los años futuros, si esto no afecta para nada al presupuesto 2012, ni supone incrementar los de ningún ejercicio posterior? No queremos ser agoreros pero, o bien es por prepotencia del Gobierno, por no querer verse "burlado", o bien porque pretenden robarnos también alguna extra futura o, cuando menos, guardarse ese as en la manga durante todo el año, por si las cosas siguen viniendo mal dadas.
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