“Saben
aquel que diu” que está el Papa en un viaje por África, y va y le traen a un
niño famélico, desnutrido por la ausencia de alimentos, y el Papa pregunta:
¿Qué le ocurre a este niño que está tan flaco? Y le contesta uno de sus
acompañantes: Mire Santidad, es que no come. Y el Papa, cogiéndole un amplio
pellizco en la mejilla, le regaña al niño diciéndole: Pues hay que comer.
Esta
semana, Jeroen Dijsselbloem, Presidente del Eurogrupo y Ministro de Finanzas de
Holanda, ha sacado el conejo de la chistera para afrontar la crisis española:
“los españoles tienen que trabajar más tiempo y más duro”. ¿Lo habrá dicho por
los seis millones de parados que están deseando encontrar un puesto de trabajo?
¿O es la reencarnación a la holandesa del gran humorista Eugenio?
Imagínense
el chiste: “Saben aquel que diu” que está Dijsselbloem en un viaje por España,
y va y le traen a seis millones de parados por la ausencia de empleo, y
Dijsselbloem pregunta: ¿Qué les ocurre a estos seis millones de personas? Y le
contesta uno de sus acompañantes: Mire “Excelencia”, es que no trabajan. Y
Dijsselbloem, mirándoles con cara compungida, les dice a los seis millones de
parados, regañándoles: “Pues hay que trabajar más tiempo y más duro”.
Está
claro que hay veces que la realidad supera la ficción, y lo que parecía un
simple chiste, hay algunos que son capaces de convertirlo en un hecho verídico.
A no ser que se estuviera riendo de todos nosotros, que también es posible que
lo hiciera. Un ejemplo más de los especímenes que nos rodean a los que, como
diría el Papa, hemos encomendado nuestro espíritu. Que Dios nos pille
confesados.
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