Tal y como se esperaba, el Congreso convalidó ayer el decreto de "Medidas Urgentes de Reforma del Mercado de Trabajo", más conocido como "Reforma Laboral", con 168 votos a favor, 173 abstenciones y 8 votos en contra. En las filas del PSOE, a pesar de los muchos militantes de UGT, sólo hubo una indisciplina de voto, la abstención de Antonio Gutiérrez, exsecretario general de CCOO y convocante de la huelga general de 1994 contra el gobierno de Felipe González. El resto de sindicalistas socialistas se decantaron por la fidelidad a su afiliación política en perjuicio de la sindical. Así pues, el PSOE votó a favor de la reforma, excepto el susodicho; PP, CIU, PNV, CC, UPN y UPyD, junto con el díscolo socialista, se abstuvieron; e IU, ERC, BNG y NaBai votaron en contra.
Con respecto al "peso" de los votos "de casa", Carlos Salvador de UPN se abstuvo, mientras que Uxue Barkos de NaBai votó en contra del decreto. Ambos fueron críticos con la reforma pero en extremos opuestos: el regionalista la tachó de "insuficiente e incompleta", mientras que para la nacionalista se trataba únicamente del "abaratamiento del despido".
Los siguientes pasos los veremos durante los veraniegos meses de julio y agosto, en los que el decreto, al tramitarse como proyecto de ley, podrá recibir las enmiendas que los Grupos Parlamentarios estimen oportunas, en una maniobra política socialista que quiere de esta forma involucrar al resto de partidos del arco parlamentario para que paguen su cuota de culpabilidad y que no les salga gratis de cara a las próximas elecciones. Todo un "órdago".
Como ya avisamos, el trámite parlamentario, a pesar de resultar más ético en democracia, puede resultar contraproducente desde el punto de vista sindical, dado que varios partidos consideran "escasa" la reforma y suponemos que querrán endurecer las medidas. Veremos si el resultado final de la reforma se decanta por el sector empresarial o por el sindical.
En definitiva, el PSOE ha echado un "envite" al resto de partidos políticos, que tendrán que retratarse con sus enmiendas y votaciones en la tramitación parlamentaria. Veremos quién "pasa", quién "envida más" y quién pierde "el chico".
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