Soy una de los muchos administrativos que realiza su trabajo en un Centro de Salud. Llevo muchos años trabajando en Atención Primaria y siempre hemos tenido quejas, desplantes, reclamaciones, pero lo que estamos sufriendo ahora es sencillamente insoportable.
Somos los últimos monos en el escalafón de un Centro
de Salud, pero las primeras personas que encuentran los pacientes cuando acuden
al mismo, y por ello las primeras en dar la cara ante los pacientes, tanto
presencialmente como al teléfono. Los pacientes están enfadados y hartos. La
Atención Primaria está al límite desde hace mucho tiempo, y la Covid ha venido
a romper todas las costuras. Para cuando pueden contactar con nosotros, a
menudo, o no nos quedan citas o no les damos lo que creen que les tenemos que
dar.
Desde hace 4 o 5 años los administrativos tenemos que
hacer un primer triaje con el que no estamos de acuerdo, para el que no estamos
preparadas, pues nuestra formación no es sanitaria. Muchos pacientes se nos
quejan por tener que contarnos lo que les pasa o se niegan a hacerlo. No somos
sanitarios pero para lo que le interesa a la administración tenemos que ejercer
como tales. Este año ha sido ya la puntilla. Desde este verano los protocolos
cambian continuamente y lo que a primera hora es válido, a media mañana ya ha
cambiado. Resultado: que mareamos a los pacientes y los enfados van en aumento.
Y así están nuestros pacientes, “contentos, muy contentos”. El último protocolo
determina que a muchos pacientes tenemos que decirles que se hagan un test por
su cuenta. Vamos, pagándolo. No me parecería mal si se facilitaran de manera
gratuita o pagando un módico precio, pero da mucho apuro decirle a alguien que
llama con síntomas que si quiere vaya a la farmacia y se compre un test.
La dirección nos bombardea continuamente con mensajes
de agradecimiento por nuestra labor, pero sería preferible más personal y sobre
todo mensajes más claros a la ciudadanía y a los trabajadores sobre la forma de
actuar en este tiempo de pandemia. Como somos bastante escépticos, visto lo
visto, mucho me temo que en cuanto se convoque un traslado, va a haber una
huida total, una estampida. Pocos administrativos habrá que quieran o puedan
mantener este nivel de ansiedad, tensión y malestar en el trabajo en estas
condiciones durante tanto tiempo.
Carmen Vázquez Ariz
(Cartas al Director Diario de Navarra - 16/1/2022)
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