No había forma de pasar el bollo esta mañana. Se me ha quedado ahí agarrado en el "garganchón", como un político a su poltrona, mientras leía las últimas noticias del INAP, que ha reducido en un 52% la oferta formativa del primer semestre de 2012, al no estar asegurada su financiación. Resulta que el 60% de la formación se paga de las arcas del Estado y el 40% de las forales y, ante la incertidumbre de que el Gobierno central aporte su parte, el INAP ha decidido cortar por lo sano.
De esta forma, únicamente se van a impartir 55 de las 114 acciones formativas previstas para el primer semestre de 2012 (aproximadamente 1.300 plazas de las 2.500 ofertadas inicialmente). Sólo se mantendrán aquellos cursos que tengan cubiertos el 100% de las plazas ofertadas y un porcentaje de reserva del 30%. Vamos, que el INAP no se anda con "chiquitas", pasa de la tijera y se apunta directamente a la motosierra. Se echarán la culpa los unos a los otros, del pueblo a la "capi" y de la "capi" al pueblo, pero los perjudicados seremos siempre los mismos.
Pues qué queréis que os diga. Sin oferta pública de empleo y sin cursos, igual nos podíamos ahorrar el organismo autónomo, que vuelvan sus competencias al Departamento de Presidencia, reducimos su estructura a su dimensión real y, mira qué bien, unas "pesetillas" para el "buche". Miranda se pondrá contento.
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